Las piscinas son geniales para convivir con la familia o amigos, o simplemente para pasar un rato a solas y relajarte, algunas veces hemos escuchado algunos mitos sobre el uso de las piscinas. Algunos de esos mitos tienen cierta razón, aunque otros son puras exageraciones. En este artículo te mostramos unos cuantos mitos sobre las piscinas.

El uso del cloro

Después de nadar en las piscinas, siempre están las quejas de que el agua tiene demasiado cloro y por ello nuestros ojos se enrojecen, pero esto no es del todo cierto, pues un adecuado uso del cloro en el agua es  vital para su desinfección, aunque el exceso si puede dañar la piel e irritar los ojos. Pero hay otros factores por lo que se enrojecen nuestra piel, por ejemplo: el sudor y la orina de los bañistas.

La piscina y el cabello

Otro de los mitos sobre el uso de las piscinas, es que al salir de la piscina, el cabello  se vuelve en una tonalidad verdosa. Algunos lo atribuyen al cloro, pero lo cierto es que no es el responsable, sino que la presencia de partículas de cobre es lo que genera el tono verde del pelo. Además afecta más a las personas con cabello teñido o decolorado.

El supuesto detector de orina

El químico que detecta y delata al culpable de haber orinado en la piscina, es completamente falso. Lo hemos visto en series de televisión y películas, pero esta sustancia no existe, así que si en la web te ofrecen algún líquido para detectar orinas, no caigas en la trampa.

Esperar después de haber comido

La explicación a todo esto es el CHOQUE TÉRMICO, sucede que estamos comiendo en un día caluroso y luego de terminar, nos metemos rápidamente al agua, pues esto puede traer consecuencias.  Debido a ese choque de temperaturas, nuestro cuerpo está caliente y el agua esta fría, puede suceder que cause reacciones negativas en el cuerpo.