Utilizar saunas puede ser de gran beneficio para nuestra salud, estos nos permiten tomar baños de vapor que nos hacen sudar y como resultado liberamos toxinas, mejoramos nuestra circulación, ayuda a limpiar la piel de infecciones, granos y espinillas. También es importante mencionar que puede servir para perder peso y aliviar dolores musculares y de articulaciones. Además puedes utilizarlo para relajarte del estrés del día.
Las saunas presentan varios diseños, entre ellos podemos mencionar: sauna seca o finlandesa, sauna húmeda o baño turco y sauna por infrarrojos.
Saunas secas o finlandesas
Este tipo de sauna funciona a través de resistencias eléctricas, este sistema calienta piedras que llegan a tornase rojas por la temperatura y estas piedras desprende calor seco. Dentro de estas saunas se puede llegar de 80 a 90 °C de temperatura y la humedad se mantiene bajo un porcentaje de 20%. Como lo indica su nombre, su origen se remonta a Finlandia, conocido como un país con bajas temperaturas, es por ello que implementan estos métodos. El calor se crea dentro de estos saunas logran que se abran los poros, eliminando toxinas y bacterias, logrando una piel saludable.
Saunas húmedas o baño turco
Esta sauna tiene una temperatura determinada, se mantiene a 70 °C. Es conocido como baño turco o Hamam (tratamiento de la piel con vapor de agua caliente), es una combinación de calor seco y calor húmedo, es utilizado para tratar imperfecciones de la piel, tiene beneficios similares a la sauna finlandesa, se diferencia en que utiliza agua y esta circula a través de un calderín que la convierte en vapor.
Saunas por infrarrojos
Utiliza un sistema de resistencia eléctrica que emite rayos infrarrojos que beneficia a la piel, estos rayos provocan calor en el cuerpo, resultados parecidos a la sauna finlandesa, pero esta consume menos energía eléctrica.